Las emociones en los niños se muestran en los rostros de 4 pequeños

Emociones en Niños: Cómo Ayudar a tu Hijo a Desarrollar su Salud Emocional

Actualizado en febrero 12, 2024.

¿Alguna vez te has dado cuenta cómo las emociones de tu infancia te afectan aún de adulto?, ¿Te sientes confundido cuando tu hijo tiene un berrinche o está abrumado por una emoción intensa? 

Las emociones son una parte natural y necesaria de la vida, pero a veces puede ser difícil saber cómo ayudar a los niños a manejarlas de manera saludable. 

En este artículo, exploraremos las emociones en los niños durante la infancia y por qué es importante prestar atención a ellas. Te proporcionaremos consejos y estrategias prácticas para ayudar a tu hijo a reconocer, expresar y manejar sus emociones de manera efectiva. 

¡Sigue leyendo para obtener más información sobre cómo puedes apoyar a tu hijo en su desarrollo emocional!

¿Qué es la infancia?

La infancia o niñez, es una etapa del desarrollo humano que abarca desde el nacimiento hasta los 12 años, aproximadamente. 

A menudo se divide en tres etapas: 

  • La infancia temprana, que comprende desde el nacimiento hasta los dos años de edad
  • La niñez intermedia, que abarca desde los tres hasta los seis años de edad
  • La niñez tardía, que va desde los siete hasta los doce años de edad.

Es importante resaltar que estos rangos son generales y que cada niño o niña puede desarrollarse a un ritmo diferente.

Durante la infancia, los niños y niñas experimentan un rápido crecimiento físico y cognitivo, comienzan a desarrollar habilidades motoras, lingüísticas y sociales. También comienzan a desarrollar su personalidad y aprenden a relacionarse con los demás y a comprender el mundo que los rodea.

La infancia es una etapa fundamental para el desarrollo saludable de la persona y sentar las bases para su futuro.

¿Cómo se desarrollan las emociones en la infancia?

Las emociones son una parte natural de la vida y es importante que los niños aprendan a reconocer, expresar y manejar sus emociones de manera saludable.

Durante toda la infancia, las emociones son una parte integral del desarrollo de un niño. Los niños aprenden a reconocer y nombrar sus emociones a través de sus experiencias cotidianas y del comportamiento de las personas que los rodean. 

Al principio, los bebés experimentan emociones básicas, como alegría, tristeza, miedo y enojo. Estas emociones se muestran a través de expresiones faciales y corporales, sonidos y movimientos.

A medida que los niños crecen, su capacidad para regular sus emociones y responder a las emociones de los demás también se desarrolla.

La forma en que los padres o cuidadores responden a las emociones naturales de un niño, puede tener un gran impacto en su desarrollo emocional:

  • Cuando los padres responden de manera sensible y comprensiva a las emociones de un niño, el niño aprende a confiar en sus propias emociones y sentimientos. 
  • Por otro lado, si un niño es ignorado, ridiculizado o castigado por expresar emociones, puede desarrollar dificultades para regular sus emociones y relacionarse con los demás.

Así que, el desarrollo emocional en la infancia es esencial para la salud emocional y la calidad de vida de una persona en la edad adulta. 

Por eso, es importante que los padres y cuidadores ayuden a los niños a reconocer, entender y expresar sus emociones de manera saludable y sean un apoyo durante su desarrollo emocional.

¿Qué habilidades emocionales es importante enseñar a los niños?

La empatía, el reconocimiento de sus emociones, la resolución de conflictos, la regulación emocional, la actitud positiva y la responsabilidad, son algunas de las principales habilidades emocionales que debemos enseñar a los niños durante su desarrollo emocional. 

Enseñar habilidades emocionales a los niños es fundamental para su bienestar emocional y su éxito en la vida. 

Las 6 habilidades emocionales principales que se deben enseñar a los niños y ejercicios prácticos

Aquí te platicamos algunas habilidades emocionales importantes que se deben enseñar a los niños y algunas opciones de ejercicios prácticos para desarrollarlas:

  1. Reconocimiento emocional: Consiste en ayudar a los niños a identificar sus propias emociones y las emociones de los demás. Es importante que sepan que todas las emociones son válidas y que no hay emociones buenas o malas. 

Ejercicios prácticos:

  • Puedes pedirles que describan cómo se sienten y por qué se sienten así. 
  • También pueden practicar identificar las emociones de los demás a través de juegos de roles o la lectura de libros que incluyan personajes con emociones distintas.
  • Puedes pedirles que nombren todas las emociones que conocen y que las describan.
  • Puedes utilizar tarjetas con diferentes emociones o una rueda de emociones y pedirles que identifiquen cuál están sintiendo en ese momento. 
  1. Regulación emocional: Consiste en ayudar a los niños a controlar y regular sus emociones para no dejarse llevar por ellas de manera impulsiva y decir o hacer cosas que puedan causar daño a ellos mismos o a los demás.

Ejercicios prácticos: 

  • Pueden practicar la respiración profunda: pídele al niño que cierre los ojos y respire profundamente para calmarse cuando se sienta abrumado (inhalar profundo por la nariz y exhalar lentamente por la boca).
  • También es muy útil enseñar a los niños a darse un momento para calmarse antes de hablar o tomar una decisión importante.
  • Pueden practicar contar hasta 10 antes de reaccionar en una situación estresante. 
  • Además, pueden aprender a canalizar sus emociones a través de actividades creativas, como la pintura o el dibujo.
  1. Empatía: Consiste en enseñar a los niños a ponerse en el lugar de los demás y comprender cómo se pueden estar sintiendo. Esto les ayuda a tener mejores relaciones con los demás y a comprender que las acciones de otras personas no siempre tienen la intención de hacerles daño.

Ejercicios prácticos:

  • Puedes pedirle al niño que imagine cómo se sentiría si estuviera en la situación de otra persona y que describa cómo ayudaría a esa persona a sentirse mejor.
  • También pueden practicar prestando atención a las señales no verbales, como las expresiones faciales y el tono de voz, para determinar cómo se sienten los demás.
  • Además, se pueden utilizar historias o cuentos para discutir cómo se siente un personaje y cómo podrían ayudarlo.
  • Los juegos de rol también pueden útiles para desarrollar la empatía: los niños juegan a ser diferentes personajes y tienen que adaptar su comportamiento y emociones para responder a las necesidades de los demás. 
  1. Resolución de conflictos: Consiste en ayudar a los niños a resolver problemas de manera respetuosa, efectiva y pacífica. 

Ejercicios prácticos: 

  • Enseñarles a expresar sus sentimientos y necesidades de manera honesta, clara y respetuosa, 
  • Escuchar de forma atenta a los demás para conocer su punto de vista.
  • Ayudarlos a trabajar juntos para encontrar una solución que funcione para todos.
  • Se pueden practicar los juegos de escucha activa, en los que los niños practican escucharse y responderse unos a otros sin interrumpir. 
  • También se pueden utilizar diálogos abiertos y discusiones en grupo para fomentar la comunicación y la resolución de problemas.
  1. Pensamiento positivo: Consiste en ayudar a los niños a adoptar una actitud positiva hacia sí mismos y hacia los demás. 

Ejercicios prácticos:

  • Alentar a los niños a identificar y apreciar sus propias fortalezas y logros. 
  • También pueden practicar la gratitud diaria, escribiendo tres cosas por las que están agradecidos cada día.
  • Ayúdalos a enfocarse siempre en las cosas positivas de las situaciones y de las personas.
  • Pueden jugar a contar historias en las que las cosas salgan bien y tengan un final feliz. Este ejercicio puede ayudar a los niños a desarrollar una actitud optimista y a enfocarse en las soluciones en lugar de los problemas.
  1. Responsabilidad emocional: Consiste en reconocer que cada uno es responsable de lo que siente y de cómo reacciona frente a las situaciones. Esto implica no culpar a otras personas por nuestras emociones y aprender a procesarlas de forma adecuada, evitando las reacciones impulsivas. 

Cuando uno asume la responsabilidad de sus emociones, puede manejarlas mejor y comunicarse de manera más efectiva.

Ejercicios prácticos :

  • Puedes pedirle al niño que identifique situaciones en las que haya responsabilizado a otras personas por sus emociones y ayudarlo a encontrar una forma más efectiva de manejarlas.
  • Muestra a tu hijo un ejemplo de liderazgo responsable, como por ejemplo un deportista que asume la responsabilidad por sus errores y busca formas de mejorar.
  • Las prácticas de mindfulness o la meditación pueden ayudar al niño a estar más consciente de sus emociones y a tomar responsabilidad por ellas.

Al ayudar a los niños a desarrollar habilidades emocionales, les estás dando las herramientas que necesitan para enfrentar los desafíos emocionales que se presentan en la vida. 

Los ejercicios prácticos pueden ser una forma efectiva y divertida de desarrollar estas habilidades emocionales en los niños.

¿Cuáles son los 7 beneficios principales de un desarrollo emocional saludable en la infancia?

Un desarrollo emocional saludable en la infancia, tiene muchos beneficios en la calidad de vida del niño a corto y a largo plazo, incluyendo: menor estrés y ansiedad, mayor autoestima, relaciones sociales más positivas, mayor capacidad para afrontar desafíos y mayor felicidad.

A continuación te platicamos con mayor detalle algunos de los 7 principales beneficios:

  1. Menos estrés y ansiedad: Los niños que han aprendido a regular sus emociones desde una edad temprana tienen una mayor capacidad para lidiar con el estrés y otras situaciones que les generen ansiedad. 

Son capaces de mantener la calma en situaciones estresantes y son menos propensos a sentir miedo o ansiedad ante situaciones inciertas o desafiantes.

  1. Habilidades sociales: un buen desarrollo emocional permite a los niños establecer relaciones sociales más saludables con compañeros, amigos, familiares, etc, así como relaciones más duraderas y positivas a medida que crecen.
  1. Autoestima y confianza: Un niño emocionalmente saludable puede desarrollar una buena autoestima y sentirse más seguro de sí mismo, confiado y capaz de sus habilidades, lo que puede tener un impacto muy positivo en su vida futura.
  1. Mejor capacidad para enfrentar y superar desafíos: un buen desarrollo emocional en la infancia, también les ayuda a enfrentar y superar desafíos, ya que están acostumbrados a lidiar con situaciones estresantes y a manejar emociones intensas. 

Por lo tanto, estos niños pueden ser más resistentes y adaptables a situaciones difíciles.

  1. Reducción del riesgo de problemas emocionales en el futuro: Un niño que ha tenido una infancia emocionalmente saludable está menos expuesto a tener problemas emocionales y mentales en el futuro, como la depresión o la ansiedad.
  1. Desarrollo de la creatividad: Los niños con un desarrollo emocional saludable pueden tener una mente más abierta y creativa, lo que les permite explorar nuevas ideas y oportunidades.
  1. Optimismo y felicidad: Los niños que aprenden a valorar las cosas positivas de la vida y a tener una actitud positiva hacia ellas, tienden a ser más felices y disfrutan más su día a día.

Un desarrollo emocional saludable durante la infancia influirá en el futuro de la persona en términos de sus relaciones, su autoestima, su habilidad para enfrentar desafíos y su capacidad de disfrutar de la vida. 

¿Cómo ayudar a los niños cuando experimentan una emoción negativa?

Cuando un niño experimenta una emoción negativa, intensa y se siente abrumado, puede manifestarlo a través de un llanto, berrinche, una rabieta, gritos, golpes, etc. En estos casos, es normal que los padres se sientan frustrados, confundidos o alterados. 

Sin embargo, es importante recordar que estos comportamientos son una forma natural en que los niños expresan sus emociones y necesidades. Como padre o madre, hay varias cosas que puedes hacer para ayudar a tu hijo:

  1. Mantén la calma: Es importante mantener la calma y no perder la paciencia. Recuerda que tu hijo está pasando por una emoción intensa y necesita apoyo emocional. Además, si gritas o te alteras, solo aumenta la tensión y se empeora la situación.
  1. Encuentra un lugar adecuado y seguro: Si tu hijo está teniendo una rabieta o un berrinche en un lugar público, puedes retirarlo del lugar y llevarlo a un área tranquila y segura donde pueda desahogarse y tranquilizarse.
  1. Acércate a tu hijo: Es importante que te acerques a tu hijo con ternura y compasión. Asegúrate de escucharlo y hacerle saber que estás ahí para apoyarlo.
  1. Permite que se desahogue: Es importante no limitar a los niños cuando necesitan sentir y desahogar sus emociones de tristeza, enojo, etc., a través del llanto, sonidos o de alguna otra forma segura de desahogo. Esto ayuda a  liberar sus emociones de forma saludable en lugar de reprimirlas.
  1. Acompáñalo en el proceso: Estar presente y disponible para tu hijo mientras siente sus emociones y se va tranquilizando es importante. Asegúrate de que sepa que no está solo y que estás ahí para apoyarlo.
  1. Valida sus sentimientos: Es importante reconocer y validar los sentimientos de tu hijo. Pregúntale a tu hijo cómo se siente, ayúdale a reconocer sus emociones y dile que está bien sentirse así, que las emociones que está sintiendo son naturales y que no debe sentirse mal por experimentar y expresar su emoción.. 
  1.  Dale opciones: En lugar de decirle a tu hijo lo que no puede hacer, ofrécele opciones que lo ayuden a saber que hacer. 

Si por ejemplo están en casa y se empieza a sentir molesto y frustrado con alguna situación, puedes llevarlo a su habitación y darle opciones para desahogarse de forma segura, como llorar en su cama, pegarle a la almohada, gritar o patear sobre el colchón.

  1. Enséñale cómo afrontar sus sentimientos en el futuro: Una vez que se sienta más tranquilo, puedes platicar con él sobre lo que ocurrió, cómo se sintió y cómo podría regular sus emociones en el futuro para evitar reaccionar de manera impulsiva. Pueden también practicar juntos algunas respiraciones o una meditación simple.
  1. Sé compasivo: Asegúrate de mostrar a tu hijo que lo comprendes, que no lo juzgas, que estás allí para ayudarlo y que sus emociones son parte normal de su experiencia en esta vida. Usa un tono suave y calmado y ofrécele afecto y abrázalo si lo desea.

Recuerda que tienes un papel crucial en el desarrollo emocional de tu hijo. Al actuar con tranquilidad, compasión y empatía cuando tu hijo tiene un berrinche, una rabieta o exprese sus emociones, estás enseñándole habilidades emocionales saludables y apoyándolo en su proceso de crecimiento.

Con el tiempo, tu hijo aprenderá a manejar sus emociones y a expresar sus necesidades de manera más efectiva.

¿Qué NO debes de hacer cuando tu hijo hace un berrinche o tiene una rabieta?

Aunque a veces resulta todo un desafío mantenerse calmado y centrado cuando tu hijo reacciona con una rabieta o hace un berrinche, es importante recordar que se trata de una expresión natural de sus emociones, y qué la forma en qué tu lo afrontes como padre o madre, es vital en su desarrollo emocional.

Así que, a continuación te mencionamos varias cosas que NO debes hacer en esos momentos:

  1. No reacciones con enojo o frustración: Si tu hijo está teniendo un berrinche, es importante que mantengas la calma y no reacciones con enojo o frustración. Tu reacción puede empeorar la situación y hacer que tu hijo se sienta aún más abrumado.
  1. No ignores a tu hijo: Aunque puede ser tentador ignorar a tu hijo cuando está teniendo un berrinche, esto puede hacer que se sienta aún más frustrado y vulnerable. En cambio, asegúrate de estar presente e interactuar con él de manera calmada y compasiva.
  1. No le grites o lo regañes: Alzar la voz, gritar o regañar a tu hijo solo aumentará su nivel de estrés y lo hará sentir aún más abrumado. En lugar de eso, habla en un tono calmado y ofrécele opciones saludables para que se sienta más tranquilo y acompáñalo en el proceso.
  1. No trates de razonar con tu hijo: Cuando un niño está teniendo un berrinche, su capacidad de razonar y comprender lo que le estás diciendo es limitada. En esos momentos, trata de mantener las cosas simples y claras, y esperar a que se tranquilice para platicar con él.
  1. No hagas promesas que no puedes cumplir: Si haces promesas a tu hijo para que se calme, asegúrate de que puedas cumplirlas. De lo contrario, podrías generar resentimiento y confusiones en su mente.
  1. No uses la fuerza física: Nunca uses la fuerza física contra tu hijo cuando está teniendo un berrinche. Esto puede ser peligroso y traumático para él y él perdería la confianza en ti.

Recuerda que tu hijo necesita que lo guíes y lo apoyes en su proceso emocional, especialmente cuando está experimentando una emoción intensa y hace un berrinche. Trata de entender lo que está sintiendo y actúa con amor, compasión y empatía.

¿Cómo afectan las emociones de los padres en el desarrollo emocional de los niños?

La familia es el primer contexto en el que los niños aprenden a relacionarse con el mundo y con los demás. La forma en que los padres interactúan con sus hijos y expresan sus emociones, puede influir en cómo los niños desarrollan sus habilidades y su salud emocional. 

  • Transmisión de emociones: Los padres pueden transmitir sus emociones a sus hijos, ya sea de manera consciente o inconsciente. 

Por ejemplo, si un padre está ansioso o estresado, es probable que su hijo perciba esa ansiedad y se sienta nervioso o inquieto. De la misma manera, si un padre está feliz y emocionado, es más probable que su hijo se sienta más tranquilo y alegre.

  • Modelado de comportamiento: Los padres son ejemplos de comportamiento importantes para sus hijos. 

Si un padre es capaz de expresar sus emociones de forma saludable, su hijo aprenderá a hacer lo mismo y aceptar sus emociones con naturalidad. Por otro lado, si un padre reacciona impulsivamente cuando algo le molesta, su hijo aprenderá también a ser agresivo en lugar de reconocer y controlar sus emociones negativas. 

  • Impacto en el ambiente familiar: Las emociones de los padres pueden impactar de forma positiva o negativa en el ambiente familiar. 

Cuando los padres están enojados o angustiados y tienen conflictos frecuentes, el ambiente familiar se vuelve tenso e inseguro para los hijos. Por otro lado, si los padres se sienten felices y optimistas, pueden crear un ambiente alegre y emocionalmente positivo para los hijos.

  • Validación o represión emocional: Un padre emocionalmente saludable, puede validar y normalizar las emociones de su hijo, lo que puede ayudar al niño a sentirse seguro y aceptado. Por otro lado, si un padre reprime sus emociones, será más difícil para un hijo expresar sus emociones.

Por ejemplo, si un padre siente vergüenza de mostrarse vulnerable o débil, es posible que se sienta incómodo cuando su hijo llora y trate de evitarlo, lo cual hará que reprima sus emociones. Por otro lado, si un padre muestra sus emociones con naturalidad, su hijo se sentirá seguro de hacer lo mismo. 

Por todo esto, es esencial que los padres trabajen en su propias emociones y desarrollen una salud emocional estable, para poderles proporcionar un ambiente emocionalmente saludable a sus hijos.

Consejos para apoyar a tu hijo en su desarrollo emocional

A continuación, te compartimos una lista de consejos y prácticas que pueden ayudarte como padre o madre a apoyar el desarrollo emocional saludable y natural de tus hijos, incluyendo: mostrar aceptación incondicional, no juzgar o criticar sus emociones, fomentar la autoestima y ser un buen ejemplo, entre otros:

  1. Comunica amor y aceptación incondicional: Hazle saber a tu hijo que lo quieres tal y como es, sin importar sus errores o limitaciones. Demuéstrale que lo aceptas incondicionalmente.
  1. Fomenta la expresión emocional: Ayuda a tu hijo a entender y expresar sus emociones, y anímalo a hablar sobre cómo se siente. Enséñale que no hay emociones “buenas” o “malas”, sino que todas son válidas y naturales y que es normal sentirse triste, enojado, feliz o asustado en diferentes situaciones.
  1. Practica la empatía: Ponerte en el lugar de tu hijo y tratar de entender cómo se siente es una herramienta muy valiosa para apoyar su desarrollo emocional. Escucha atentamente cuando tu hijo se exprese y valida sus sentimientos.
  1. Evita juzgar o criticar las emociones de tu hijo: No hagas comentarios negativos o despectivos acerca de las emociones de tu hijo. En cambio, escucha atentamente y valida sus sentimientos.
  1. Sé paciente y comprensivo: A veces, los niños pueden tener dificultades para expresar sus emociones o para manejar situaciones emocionales. Sé paciente y comprensivo con tu hijo y ayúdalo a encontrar formas efectivas de manejar sus emociones.
  1. Fomenta la resiliencia emocional: Ayuda a tu hijo a desarrollar resiliencia emocional enseñándole a manejar el estrés, a desarrollar la paciencia y la perseverancia y a encontrar maneras saludables de enfrentar los desafíos de la vida.
  1. Promueve la compasión y el respeto hacia los demás: Ayuda a tu hijo a entender que todos tienen diferentes emociones y que es importante tratar a los demás con compasión y respeto, incluso cuando no se sienten de acuerdo con ellos.
  1. Enséñale habilidades de resolución de conflictos: Los conflictos son parte de la vida, y es importante que los niños aprendan cómo resolverlos de manera efectiva. Enseña a tu hijo a expresar sus necesidades y deseos de manera asertiva, a escuchar las necesidades de los demás y a llegar a soluciones que satisfagan a todas las partes.
  1. Promueve la autoestima: Ayuda a tu hijo a desarrollar una imagen positiva de sí mismo. Celebra sus logros y habilidades, y anímalo a perseguir sus intereses y pasatiempos.
  1. Establece límites claros: Los límites ayudan a los niños a sentirse seguros y a desarrollar autocontrol. Establece reglas claras y consecuencias justas y coherentes cuando se violan las reglas.
  1. Alienta la independencia: A medida que tu hijo crece, es importante que aprenda a tomar decisiones y a asumir responsabilidades. Anima su autonomía y da la oportunidad de tomar decisiones apropiadas a su edad.
  1. Practica el autocuidado: Los padres también necesitan cuidar su salud emocional y física. Encuentra tiempo para ti mismo y para actividades que te llenen de energía, como el ejercicio o la meditación. Un padre sano emocionalmente es un mejor modelo para los hijos.
  1. Sé un buen ejemplo: Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que se les dice. Trata de manejar tus propias emociones de manera efectiva y comunica tus sentimientos de manera clara y respetuosa.

Recuerda que el desarrollo emocional saludable es un proceso continuo que requiere tiempo, paciencia y esfuerzo por parte de los padres. 

En conclusión, el desarrollo emocional en la infancia es fundamental para tener una vida saludable y feliz en el futuro. Como padres y cuidadores, es importante brindar un ambiente emocionalmente seguro y fomentar el desarrollo de habilidades emocionales en los niños. 

Con el tiempo y la práctica, estos niños estarán mejor equipados para enfrentar los desafíos emocionales de la vida, disfrutar de relaciones saludables y tener una vida más plena y satisfactoria.